El puerto de La Habana se desborda

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Los almacenes abarrotados de mercancías y tres barcos esperando ser descargados en el puerto de La Habana son noticias impactantes, pasados 5 años de la implantación de los Lineamientos del Partido Comunista efectuado en abril. No se trata del espléndido puerto, acogedor de las flotas españolas y los buques de comerciantes norteamericanos, que trasladaban eficientemente sus productos en carretas tiradas por bueyes, ni de las marinas mercantes de Cuba y la Unión Soviética servidas por cientos de camiones y vagones de ferrocarril.

Al ruinoso puerto de La Habana llegan pocos barcos. La cadena puerto-transporte-economía interna no logra mejorar su eficiencia tras decenios de consignas, reportajes y una película de la década de 1980. La acumulación de productos continúa favoreciendo el descontrol, los robos y la venta en el mercado subterráneo. Los trabajadores sienten desvirtuado el trabajo y disminuido el salario, y la economía del país pierde por estadía de los buques, el deterioro de los productos importados al mínimo de lo necesario, la distribución tardía para la producción y el abastecimiento a la población.

“Almacenes llenos, barcos estancados” fue el artículo publicado en el semanario Trabajadores el 6 de junio. Las terminales Andrés González Lines y Haiphong enfrentan una compleja situación debido a la carencia de transporte para retirar la mercancía y comenzar la descarga de tres barcos con arroz, frijol y maíz, y los dos con soya y arroz que llegarían en tres días, según informó Leandro Martínez, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Habana, perteneciente a la Empresa de Servicios Portuarios de Occidente.

El Lineamiento 269 decidió continuar la recuperación, modernización y reordenamiento del transporte terrestre y marítimo para elevar la eficiencia y calidad de los servicios y el uso más racional de los recursos. El Lineamiento 274 orientó elevar la eficiencia de las operaciones marítimo-portuarias, a partir de la organización del sistema de trabajo para alcanzar ritmos superiores de manipulación de las mercancías. El jefe de brigada Francisco Orozco expresó, según el artículo, que tienen 26 brigadas, pero ahora utilizan una para la jornada, el 80% de los estibadores no pueden laborar y necesitan su salario. Los trabajadores exigen una explicación a la administración, al sindicato y al Partido, pero no tienen respuestas, siguen llegando barcos y no entran camiones. En el almacén 2 de la terminal Haiphong, el fertilizante está destilando debido al tiempo allí, lo que sucede todos los años porque el transporte se prioriza para los alimentos.

Al leer se comprende la frustración de los trabajadores y dirigentes por tener que aplicar métodos arcaicos, como en el caso de un buque de frijoles descargado directamente al camión por los estibadores, lo cual baja la cantidad diaria a estibar e incrementa las operaciones a unos 60 días, con el consiguiente pago de estadía. Además, el 1 de junio en la tarde solo había un camión para cargar 35 toneladas de frijoles y no llegarían más. El director manifestó que el primer semestre fue favorable, pues se mantuvo la capacidad de los almacenes, pero en abril comenzaron los problemas de insuficiente extracción; usualmente seis o siete brigadas descargan un barco, pero en el caso del frijol ponen una sola brigada por turno para hacer 70-80 toneladas, e incluso una de 17 hombres para 35 toneladas; eso es planificar ineficiencia, aseveró, según el artículo de Trabajadores. Por su parte Sergio Colomé, jefe de brigada de almacenaje, mostró un pequeño depósito lleno con 80 mil sacos por carencia de casillas y camiones. Pero la periodista María de las Nieves Galá relata que vio tres casillas ya cargadas desde hacía 7 días a la espera de que (la empresa de) Ferrocarriles llevara el alambrón para asegurar, sellar y sacarlas de la terminal.

El Lineamiento 275 se refiere al desarrollo gradual de la infraestructura portuaria, concatenado con el financiamiento internacional, y asociado a la reducción de la factura de fletes y gastos de estadía. El transporte en Cuba está totalmente descapitalizado, como todos los demás sectores, pero no se vislumbran soluciones.

Los reportajes en los medios sobre las dificultades existentes han aparecido en los últimos años, dejando atrás el secretismo absoluto, y procuran despresurizar el ambiente cargado por los disgustos de la población. Sin embargo, no ocurren soluciones a los problemas heredados por varias generaciones de cubanos, que continúan sin poder participar en su eliminación. El VII Congreso del PCC no publicó el informe sobre el cumplimiento de los Lineamientos entre 2011-2016, ni los Lineamientos aprobados hasta 2021. No se conoce que se hace sin prisa, pero sin pausa. Las exitosas actividades internacionales colman los medios, pero la vida interna parece que no se mueve. En Cuba ni siquiera se puede aducir que la macroeconomía progresa, pero aún no ha llegado a la población.

CubaNet

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