El puerto de San Vicente continúa reduciendo su flota pesquera

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Hace unos días San Vicente de la Barquera vio con tristeza como hacía su última salida del puerto el pesquero ‘Justo Lecue’ con rumbo al puerto coruñés de Cariño. Esta es una tónica que poco a poco se viene produciendo en el puerto barquereño a lo largo de las últimas décadas, lo que ha hecho mermar en gran medida su flota pesquera. La jubilación de los armadores, en su mayor parte también patrones de las embarcaciones, sin descendientes para continuar con el negocio familiar, es una de de las principales causas de esta paulatina desaparición de los pesqueros.

La flota barquereña, como la del resto del país se ha ido transformando a lo largo de los años, adaptándose a las nuevas condiciones de la pesca y de un sector que ha sufrido un gran cambio en el último medio siglo. Una buena muestra de esta situación son los 66 barcos con que contaba el puerto de San Vicente de la Barquera en el año 1964, momento en el que la flota fue la mas numerosa de la reciente historia, pasando a los apenas 17 con que cuenta actualmente. Eso sí, las características de los barcos de mediados del pasado siglo nada tienen que ver con los actuales.

Ello se ha reflejado tanto en la importancia del sector pesquero en la economía barquereña que pasó en su momento por ser indiscutiblemente el más importante, a ser relegado a un lugar secundario, por detrás del turismo y los servicios, a pesar de lo cual sigue teniendo un papel destacado.

El puerto de San Vicente ha pasado de los 66 barcos con que contaba en el año 1964 a los 17 actuales

Ello también ha tenido un reflejo directo en el empleo que ha hecho que se pasase de los 330 marineros con que contaban aquellos 66 pesqueros del año 1.964 a los 98 que registran las 17 embarcaciones que de manera profesional trabajan en la actualidad en el puerto de San Vicente de la Barquera. Con este último registro, tras la marcha del ‘Justo Lecue’, el puerto barquereño ha caído por primera en su historia por debajo de los 100 empleos directos

Esa caída en el censo de los barcos y del número de marineros apenas se ha dejado sentir en el nivel de capturas ni en el de los ingresos del puerto por esa adaptación que se ha ido realizando en las pesquerías como por la modernización de las embarcaciones, buscando siempre una mayor eficiencia. Sin embargo la pérdida de un barco como el ‘Justo Lecue’ seguro que se verá reflejado en resultado anual de las cuentas de la Cofradía barquereña.

De aquellos 66 barcos, prácticamente la mitad eran pequeñas merluceras que en gran medida desaparecieron en la década siguiente ante la llegada de otras modalidades de pesca de merluza que proporcionaban mas capturas, como fue a través de las volantas o el palangre.

El descenso de barcos ha hecho caer el número de marineros desde los 330 de hace 60 años a los 98 de la actualidad

En esa década de los años 70, con la desaparición de esas pequeñas embarcaciones, la flota del puerto de San Vicente se estabilizó en un número que rondaba entre los 36 y los 40 pesqueros.

Esa fuerte caída en el número de barcos se aminoró en los años sucesivos, pero en ningún momento abandonó esa línea descendente. Así ya en la década de los años 80 el número de barcos era de 34 y 10 años mas tarde de 32.

Como señala Adolfo Noriega, secretario técnico de la Cofradía de Pescadores de San Vicente, «a partir del nuevo milenio, el goteo de pérdidas de barcos ha seguido sin parar, en unos casos porque fueron vendidos o porque se destinaron al desguace, al no contar los armadores con relevo generacional».

Así según el censo de la Cofradía barquereña entre los años 2000 y 2003 se contaba con 25 embarcaciones que en el año 2003 se redujo hasta las 23 y que cayó hasta las 21 del año 2010. A partir de entonces los desguaces de los pesqueros Beti Anayal y del Hermanos Rodríguez y la venta de La Polar dejaron la flota barquereña en 18 barcos.

‘Justo Lecue’

Era un eficiente barco de cerco y bonitero que en su nombre llevaba el recuerdo de uno de esos bravos marineros que como otros llegaron al puerto de San Vicente desde la costa del País Vasco, en concreto desde Ondárroa. Su matrimonio con Marcelina le dio ocho hijos, cuatro de ellos varones que continuaron con la tradición marinera que prosiguió también con algunos de sus nietos.

Ahora la jubilación de uno de esos nietos, Antonio Lecue, sin descendientes para continuar como él al frente del ‘Justo Lecue’, ha llevado a su venta, el tercer pesquero que a lo largo de las últimas décadas ha mantenido viva la memoria del marinero que con 18 años dio el salto de Ondárroa a San Vicente. Aún esta empresa familiar de los Armadores Lecue mantiene otro pesquero, el ‘Marcelina’, el mas grande de San Vicente.

Las ayudas europeas que llegaron en la década de los 80 y 90 del pasado siglo favoreció la modernización de la flota que se renovó en gran medida con barcos mas grandes, mejor equipados y mucho mas eficientes que sirvió para mitigar en cierta medida, la crisis del sector que sin embargo parece no tener fin, como se evidencia con esta paulatina reducción de la flota y del número de pescadores que también se refleja en el peso del sector en la economía de San Vicente.

En la actualidad, tal y como señala la Directora General de Pesca del Gobierno de Cantabria, Marta López, «ya no se cuentan con esas ayudas del pasado para la adquisición de nuevos barcos o para destinarlos al desguace, pero si para modernizarla con el objetivo de contar con una flota mas eficiente y sostenible ambientalmente que es una de las principales preocupaciones del momento».

El Diario Montañes

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