Aeroméxico y chef Olvera llevan comida mexicana a nuevas alturas

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Los aviones son el mejor escaparate para la comida de un país, pues los viajeros, a siete mil pies de altura, pueden disfrutar del mejor menú que podrían encontrar en algún buen restaurante.

Así, con la misma visión del pintor Joan Miró, quien afirmaba que para ser universal, hay que ser local, Aeroméxico, de la mano del chef Enrique Olvera, lleva la cocina mexicana al cielo.

Recientemente, la aerolínea presentó un nuevo menú para las clases Premier y Turista en vuelos de mediano y largo alcance, diseñado por el Colectivo Mexicano de Cocina, donde Olvera, líder del proyecto, comparte la cocina con Mikel Alonso del restaurante “Biko”, Daniel Ovadía del “Paxia” y Edgar Núñez de “Sud 777”, entre otros.

“En las aerolíneas, uno tiene la capacidad de impactar un mercado mucho más grande del que tienes en los restaurantes”, donde los aviones conforman una marca/país y donde los viajes empiezan y terminan, afirma el chef, propietario del restaurante Pujol, número 20 de la lista “The World’s 50 Best Restaurants”.

Gate Gourmet & Maasa México es la empresa encargada de realizar los platillos que al día de hoy se sirven en los vuelos de Aeroméxico, de la mano del chef español Daniel Bolognesi y el chef ejecutivo Israel Meneses.

Pulcritud e impecabilidad describen el área de elaboración de los platillos; hornos, planchas y refrigeradores industriales están listos para su uso, ya que la planta opera las 24 horas del día.

El sartén y el aceite de olivo con mantequilla ya estaban calientes para las seis de la mañana, los aromas empiezan a inundar el espacio; laurel y tomillo prevalecen en el aire y el apetito comienza a abrirse.

Pechuga de pollo, salmón, filete de res y pasta son los productos esenciales para las cuatro opciones que ofrece el menú que cambia cada mes y es repetido cuatro veces al año.

Con precisión de máquina y obra artesanal que solo manos expertas pueden lograr es lo que lleva a que cada uno de los platillos sepan, huelan y se vean de la misma forma, no hay errores, plato a plato es inspeccionado y el que no pasa los estándares es desechado.

No hay carne que no se acompañe de una salsa, para ello, el chef Olvera diseñó unas que deben ser reducidas, no hay caldos, nada escurre, todas llevan un orden y tiempos precisos de cocción.

Una vez cocinado todo, se enfría inmediatamente para frenar su cocimiento y no se pierdan las características de cada uno de los platillos. Lo anterior, no sin antes haber pesado cada uno de los platos, ya que deben mantener un peso muy similar y cuidadoso, para que el avión no tenga sobrecarga.

Cada vuelo es medido, con 20 horas de anticipación, el equipo que los realiza sabe cuánto se debe preparar y la hora de salida. “La aviación nos dicta horarios muy firmes”, precisa con firmeza Bolognesi.

Y hace hincapié en que los alimentos deben estar listos y ya guardados en los compartimientos especiales ocho horas antes del despegue, los contenedores ya van etiquetados con el número del vuelo, mismo que indica el destino del avión.

Así, cada día 15 personas preparan alrededor de 10 mil servicios que son llevados a los aviones de Aeroméxico que tienen como destino Europa, Sudamérica, Asia y las ciudades de Nueva York, San Francisco y Chicago, en Estados Unidos.

NTX

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