Los vientos que generaban la turbulencia para las aerolíneas Aeroméxico y Delta se disiparon en mayo, cuando las empresas recibieron el aval de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), órgano regulador mexicano, que les permite formalizar una alianza comercial y aprovechar el también recién firmado convenio aéreo entre México y Estados Unidos.
El acuerdo, aún en revisión para su aprobación por el gobierno estadounidense, les permitirá operar como una sola compañía, pero sobre todo, les pondrá en posición de competir mejor frente a otras firmas que ya operan asociadas en el mercado transfronterizo, como United con Continental Airlines, y American Airlines con US Airways.
El convenio aéreo entre México y Estados Unidos fue firmado por ambos gobiernos en 2015. El tratado desregula el sector y permite a las aerolíneas operar rutas sin restricción alguna entre esos países, y desde ellos hacia un tercer país.
Estos requerimientos eran indispensables para la unión que buscan Delta y Aeroméxico, pues el gobierno estadounidense únicamente da trámite a este tipo de solicitudes de alianza si el sector está desregulado.
“La aprobación del acuerdo bilateral aéreo entre México y Estados Unidos es un mensaje de apoyo para fortalecer la aviación comercial entre ambas naciones”, dijo Ed Bastian, ceo de Delta, en un comunicado difundido poco después de su ratificación en el Senado mexicano.
Aeroméxico y Delta sólo esperan ahora la autorización de Estados Unidos para levantar el vuelo de manera conjunta.
El nuevo matrimonio
El trabajo entre Delta y Aeroméxico no es nuevo, ya que las compañías iniciaron los códigos compartidos —asientos que venden en común para un mismo vuelo— en 1996. En 2011, Delta firmó un acuerdo comercial con Aeroméxico, y un año más tarde, la estadounidense invirtió 65 millones de dólares (mdd) para comprar el 4.2% de la mexicana, una compañía aérea con casi 80 años en la industria nacional.
A partir de ahí, la relación se fortaleció hasta llegar a una nueva faceta en su alianza. Además del joint venture que quieren firmar, Delta pretende comprar 32% de Aeroméxico a través de una oferta pública, lo que le abriría la puerta de tener hasta un 49% de la mexicana.
La intención de la línea aérea estadounidense es lanzar una oferta de 43.59 pesos por acción para ampliar su participación en la compañía. Esto elevó las acciones de Aeroméxico más de 30% en noviembre de 2015, un día después del anuncio del plan de Delta. “La duda queda en quién va a vender sus acciones. Como debería de pasar es que Delta haga una oferta a todos los accionistas”, explica Bernardo Vélez, analista de GBM.
“El interés de Delta de invertir en Aeroméxico es, en buena parte, por el potencial de crecimiento que ve Delta en un mercado como el mexicano, y por las sinergias que pueda haber en las rutas y destinos que quiere explorar, no sólo en México, sino en Latinoamérica”, dice Marco Montañez, analista de Vector.
El sector en México ofrece buenas perspectivas para las aerolíneas. Aunque en 2009 el tráfico de pasajeros en la industria aérea nacional tuvo su peor año en casi una década, al decrecer 12%, en los últimos cuatro años el turismo aéreo creció 9% en promedio, para superar los 70 millones de pasajeros en 2015.
“La conectividad es un beneficio de gran valor para nuestros clientes en todo el mundo. Este acuerdo también representa una nueva etapa en una relación que hemos fortalecido durante años”, vislumbró Richard Anderson, entonces director general de Delta Airlines en 2012, luego de entrar al capital de Aeroméxico.
La empresa mexicana opera 620 vuelos diarios con 46 destinos nacionales y 39 internacionales, 19 a Estados Unidos. Al cierre de 2015, tuvo una participación de 34% en el mercado nacional y de 17% en el internacional.
Delta opera vuelos en 32 países y tiene 49 destinos en Latinoamérica, con más de 1,300 vuelos semanales entre América Latina, el Caribe y Estados Unidos. De acuerdo con sus últimas cifras, atiende a 170 millones de pasajeros al año.
Oportunidad de mercado
El acuerdo aéreo entre ambas naciones vuelve más interesante el negocio, al ser el segundo mercado bilateral más grande del mundo, con el movimiento de 19 millones de pasajeros, en promedio, al año.
En México todavía existe mucho espacio para crecer e incrementar la cantidad de vuelos por habitante, que actualmente es de sólo 0.6%, mientras que en Estados Unidos el promedio es de dos vuelos por habitante.
Sin embargo, en los últimos cinco años, México aumentó 6% el tráfico de pasajeros. El mercado entre este país y Estados Unidos representó aproximadamente 35% del tráfico que llegaba o salía en 2015, de acuerdo con datos del último reporte de Aeroméxico. En el caso particular de la aerolínea mexicana, su número de viajeros totales llegó a 18.8 millones, con un crecimiento de 9.2% anual en 2015.
Siete de cada 10 de los vuelos internacionales que realiza Aeroméxico son entre México y Estados Unidos, pues éste es uno de los principales destinos de sus pasajeros de negocios.
“Este acuerdo nos permite alinear nuestra red y horarios, ampliando nuestra oferta al cliente con incremento de frecuencias y mayor conectividad”, comentó Andrés Conesa, CEO de Aeroméxico, en la conferencia telefónica que tuvo con analistas para dar a conocer los resultados del primer trimestre de 2016.
Expansión solicitó una entrevista con la aerolínea para abundar sobre el tema, pero la empresa se negó a participar en este trabajo.
Delta, por su parte, ve en México la puerta de entrada a América Latina, una región que registró las mayores tasas de crecimiento en la industria desde 2011. El sector calcula que el tráfico de pasajeros aumente 7% cada año en esta zona hasta 2034.
De recibir el aval del gobierno de Estados Unidos, ambas compañías podrán acordar rutas, capacidad de las aeronaves, frecuencias, precios y estrategias de marketing y publicidad, coinciden los analistas. “La alianza debería dar mayor utilización de aviones y slots —horarios de aterrizaje y despegue—, y hacia el pasajero debería ser un producto más unificado”, señala Vélez, de GBM.
“Lo que tienes que hacer es que todos los bancos de conexión coincidan. Va a ser un trabajo bastante intenso para lograr estas sinergias en estas redes”.
A la fecha, Delta y Aeroméxico ya ofrecen un total de 103 destinos de código compartido, que representan más de 900 vuelos diarios en seis países.
Su alianza les permitirá crecer su participación en los dos países, que puede incrementar hasta el 22%, desde el 14% actual del grupo mexicano.
“Aeroméxico y Delta van a poderse integrar al 100% en las rutas México-Estados Unidos. Deberían actuar como una misma aerolínea en estos vuelos”, señala Vélez.
Expansión