SCT promete solución a conflicto ejidal en aeropuerto de GDL

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La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) resolverá a tiempo y “por la vía de la negociación” el añejo conflicto con los ejidos de Santa Cruz del Valle y El Zapote a fin de garantizar la compra de los terrenos para construir la segunda pista en el aeropuerto internacional de Guadalajara.

El director del Centro SCT Jalisco, Bernardo Gutiérrez, dijo a El Economista que aun cuando en este momento no es necesaria una segunda pista, sí deberá incluirse en el plan quinquenal de inversión del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP)- concesionario de la terminal aérea-, porque una vez que termine el siguiente lustro hacia 2019, el aeropuerto empezará a tener problemas de saturación.

“En Guadalajara no debemos cometer el error de la ciudad de México que ya no tienen para donde crecer”, señaló enfático el funcionario federal.

“Ahorita lo que urge es tener los terrenos, tenemos que trabajar en la compra de los terrenos en cualquiera de las dos opciones que se están estudiando, la parte norte o la parte sur, para que en su momento, cuando la demanda así lo permita, podamos construir la segunda pista”.

Debido a que los ejidatarios mantienen vigentes dos amparos, el director del Centro SCT Jalisco adelantó que reactivó la comunicación con los comisarios ejidales para llegar a un acuerdo sobre el valor de los terrenos hacia donde crecería la terminal aérea de Guadalajara.

“Se trata de llegar a una solución por la vía de la negociación; consensar, no continuar con el pleito legal que nos puede tomar años conseguirlo”, dijo Gutiérrez Navarro.

Aclaró que “no hay urgencia de una segunda pista; no pasa nada en las operaciones ni habrá retrasos en los próximos años”, pero admitió que se requiere una solución al conflicto de las tierras para que la inversión por parte del grupo concesionario pueda programarse.

El conflicto entre los ejidatarios y el gobierno federal inició en la década de los 70, debido a que “piden mucho; sobrevalúan los terrenos”, subrayó el funcionario.

El Economista

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