El crucero “Costa Concordia” volvió a flotar este lunes por primera vez desde su naufragio el 13 de enero de 2012 frente a la isla toscana del Giglio, en el que murieron 32 personas, en una operación sin precedentes.
El crucero de 290 metros de eslora está siendo reflotado en una amplia operación para ser trasladado a un desguace en Génova (noroeste de Italia).
“El barco está flotando. Está un metro por encima del fondo”, anunció en conferencia de prensa Franco Porcellacchia, uno de los ingenieros responsables de la operación de reflotamiento. El crucero necesitará un metro más para poder ser desplazado.
Para reflotarlo, los equipos de salvamento están inyectando aire en los 30 cajones que rodean el buque, de 115.000 toneladas de peso, para auparlo los dos metros necesarios.
Una vez a flote, el crucero será desplazado unos 30 metros hacia el mar al este de la isla y posicionado sólidamente con ayuda de 36 cables de acero y 56 cadenas, explicó este lunes el dueño del barco.
Si se concluye con éxito esta fase, que durará de seis a ocho horas, el buque podrá ser remolcado hasta Génova, dos años y medio después de su naufragio.
1.100 millones de euros –
“El riesgo es que el barco se quiebre o que las cadenas cedan”, explicó el domingo a la AFP el director de esta operación, el sudafricano Nick Sloane.
Al frente de un equipo de decenas de expertos, Sloane admite que el caso del Concordia ha sido “su desafío más grande” en 20 años de carrera.
“Habrá 42 personas a bordo durante la primera maniobra. Si se produce un desastre, serán evacuadas de urgencia” dijo Sloane.
Tras llenar los cajones con aire, se estabilizará la embarcación durante cuatro o cinco días. Entonces, ya estará lista para viajar a Génova.
Desde el naufragio del crucero en enero de 2012, la operación de rescate habrá costado en total unos 1.100 millones de euros, a cargo del armador italiano y del consorcio italoestadounidense Titan-Micoperi.
Durante la operación se prohibirá sobrevolar la zona y se impondrán restricciones de movimiento a las embarcaciones entre tierra firme y esta isla turística, en las costas de la Toscana.
El último viaje por el Mediterráneo del gigante de los mares durará unos cuatro días, en los que recorrerá 280 km, y terminará en Génova hacia el 24 de julio.
El “Costa Concordia” naufragó el 13 de enero de 2012 tras haber chocado contra las rocas frente a la isla del Giglio, causando 32 muertos y decenas de heridos entre los más de 4.200 viajeros de 70 nacionalidades que se hallaban a bordo.
El cuerpo de un camarero indio, Russel Rebello, que hasta ahora no ha sido encontrado a pesar de una intensa búsqueda, podría hallarse durante esta operación.
El capitán Francesco Schettino está siendo juzgado por homicidio por imprudencia, naufragio y abandono del barco. Otros miembros de la tripulación negociaron la pena.
El ‘Costa Concordia’, un palacio flotante dedicado al placer y la diversión – Recuadro
El crucero “Costa Concordia” que naufragó hace dos años y medio era el orgullo del armador italiano Costa, que había convertido a este palacio flotante del tamaño de tres canchas de fútbol en templo dedicado al bienestar y la diversión.
Al igual que el “Titanic” en su época, el “Costa Concordia” acumuló todos los superlativos. Nave almirante de la flota Costa desde su lanzamiento en 2006, esta hazaña de los astilleros italianos Fincanteri era el barco más grande construido en Italia: 290 metros de eslora y 38 de manga.
Para maniobrar y mantener a este gigante de los mares dotado de 13 cubiertas, se necesitaban no menos de 1.068 tripulantes para una capacidad total de 3.780 pasajeros distribuidos en 1.500 camarotes, de los cuales 505 con balcón privado, sumados a unas 70 suites de lujo.
Para alimentar a esa cantidad de gente tenía cinco restaurantes, incluyendo el exclusivo “Club Concordia” donde sólo había mesas reservadas para una clientela de alto nivel.
A la hora del aperitivo o del digestivo, el pasajero podía elegir entre trece bares temáticos, con nombres sugestivos: “Coñac y puro” o “Café chocolate”.
Era ante todo por sus servicios dedicados al bienestar que el “Concordia” se había ganado la fama desde sus primeros viajes: cinco jacuzzis, cuatro piscinas con techo transparente móvil, terreno deportivo para actividades múltiples, pista para correr al aire libre…
Destacaba sobre todo el Samsara Spa, presentado oficialmente como el centro de cuidados y de estética corporal más grande jamás instalado a bordo de un barco.
Este espacio de 6.000 m2, al que accedían directamente 55 camarotes sobre dos pisos, permitía al cliente someterse a una dieta de adelgazamiento, a una balneoterapia, o simplemente disfrutar del sauna, el hamam y o el solario.
Una vez relajados, los pasajeros podían ir a un teatro construido sobre tres pisos mientras que los jugadores accedían a un casino, sin olvidar la discoteca donde se organizaban veladas temáticas dignas de la serie televisiva “El Crucero del Amor”.
Para los más serios, el “Concordia” disponía de acceso a internet y de una biblioteca, mientras que los adeptos a las compras podían dedicarse a su pasatiempo favorito en decenas de tiendas.
Otros podían divertirse con simuladores de automovilismo “Grand Prix” o mirar una película en la pantalla gigante instalada en la cubierta de piscina.
Desde el punto de vista técnico, este barco de 115.000 toneladas estaba equipado con dos motores de una potencia equivalente a 21 MW que le permitían navegar a una velocidad máxima 23,2 nudos. Con una velocidad de crucero de 19,6 nudos, el “Concordia” disponía de una autonomía de entre 10 y 14 días.
Entre los supersticiosos, este palacio flotante estaba marcado por el destino: el día de su inauguración, la botella de champagne arrojada tradicionalmente contra el casco no se había roto.
El “Costa Concordia” tuvo un primer accidente en 2008 en Palermo. Al entrar al puerto, durante una fuerte tempestad, el barco había sido arrastrado por el fuerte oleaje y un choque había dejado una amplia fisura entre la proa y el costado derecho, que no tuvo consecuencias para los pasajeros.
Noticias MVS