La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó mediante una gaceta extraordinaria, la aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con vigencia de 48 años.
La dependencia federal autorizó el cambio de uso de suelo para una superficie de 240 hectáreas, sobre las que se implementará un plan de manejo ambiental.
El documento da cuenta de que “en el área donde se ubicará el proyecto, se encuentran cuatro Áreas Naturales Protegidas de jurisdicción estatal, que son las más cercanas a los predios del aeropuerto: Sistema Tetzcotzinco, Ing. Gerardo Cruickshank García, Sierra de Guadalupe y Sierra Patlachique; asimismo, se localizan dos Áreas Naturales Protegidas de jurisdicción federal cercanas al área del proyecto: El Tepeyac y Molino de Flores Nezahualcóyotl”.
Condicionantes
Entre las 20 condicionantes que deberá acatar el grupo constructor de la terminal aérea están las que tienen que ver con la zona de humedales del ex lago de Texcoco, para que se garantice la conservación del hábitat para las aves acuáticas migratorias y residentes de la zona; técnicas para evitar la contaminación y caída de materiales a los humedales o cuerpos de agua durante la obra; protocolos en casos de derrame de combustible y monitoreos de la calidad del agua.
Cuatro fases
El proyecto aprobado incluye la conexión del aeropuerto mediante un tren expreso. La nueva terminal aérea pretende cubrir una demanda de 36.7 millones de pasajeros en el año de su inauguración, que se ampliará en fases hasta atender a 119 millones de pasajeros.
La primera fase del proyecto va del 2014 al 2018; la segunda, del 2018 al 2030; la tercera, del 2023 al 2028, y la cuarta, del 2018 al 2062. Otra de las obras de conectividad detalladas es el servicio de Metro como parte de la fase dos, que conectará con una de las tres líneas (línea 1, 5 y 9); también se proyecta que las líneas 4 y 6 del Metrobús se extenderán hacia Aerotrópolis.
Se prevé también una autopista
También se refiere que la terminal estará conectada “con una futura carretera de pago que se planea desde la Autopista Peñón-Texcoco con la carretera 142, cerca de la esquina noreste del nuevo aeropuerto”.
El Economista
