Los puertos uruguayos buscan seducir a Paraguay

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Los puertos uruguayos quieren convertirse en la principal puerta de entrada y salida de los productos de Paraguay, un país sin litoral marítimo que gestiona su comercio exterior con una extensa flota de barcazas.

Uruguay le ofrece a Asunción facilidades para incrementar el tránsito de mercaderías paraguayas en una coyuntura en la que Argentina ha puesto numerosas trabas a los dos países más pequeños de la región.

Pero la apuesta también es a largo plazo: Montevideo le propone a Asunción participar de la construcción de un ambicioso puerto de aguas profundas en la costa oceánica uruguaya.

La nación mediterránea busca transportar sus exportaciones lideradas por la soja y la carne de manera rápida y con precios competitivos.

Días atrás una delegación de la Administración Nacional de Puertos (ANP) uruguaya visitó Asunción para reunirse con autoridades locales y cámaras empresariales del rubro.

El presidente de la ANP, Alberto Díaz, viajó acompañado por unos 25 empresarios uruguayos del sector privado como navieras, operadores portuarios y transportistas.

Allí se concretaron reuniones con el Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym) de Paraguay, la Cámara de Terminales Paraguayas (Caterpa) y la Asociación de Agentes Marítimos de Paraguay (Asamar).

“Las tres organizaciones integran el sector privado vinculado al transporte fluvial y son usuarias de los puertos de Nueva Palmira y Montevideo”, comentó Díaz.

En esos encuentros se les informó de la nueva normativa que “iguala las condiciones de los barcos de cabotaje paraguayos a los uruguayos”, según declaró al servicio de prensa del gobierno.

De esta manera se les otorga “el mismo tratamiento a los barcos de ambos países en diversos aspectos de la operativa, inclusive en la asignación de muelles y los lugares de espera”.

También se les planteó que ya no se exige la participación de prácticos uruguayos en barcos paraguayos de menos de 120 metros de eslora.

Esto representa un ahorro de 13 mil a 15 mil dólares estadounidenses para los armadores, estimó Díaz.

Por otra parte, la ANP transmitió la certeza de que los buques paraguayos concluirán sus operaciones en Montevideo en un máximo de 48 horas, lo que “no ocurre en otras terminales de la región”, precisó.

Otra ventaja es la equiparación del precio del combustible para los buques de bandera paraguaya y uruguaya.

Uruguay fijó su atención en la carga paraguaya después de que Argentina prohibiera en noviembre el transbordo de sus cargas en puertos uruguayos.

Esa medida impactó en el puerto capitalino cuya actividad cayó un 6 por ciento en el primer semestre de este año.

Díaz mencionó que el año pasado “salimos a buscar esta carga (por Paraguay)” con el ministro de Transporte, Enrique Pintado, y el canciller, Luis Almagro, “y la misma llegó”.

Como balance resaltó que en los primeros cinco meses de 2014 la carga procedente de Paraguay reportó un aumento interanual del 110 por ciento.

“Este trato preferente que le estamos dando a las cargas paraguayas es entendido y reconocido por nuestro sector privado”, evaluó.

Uno de los proyectos más anhelados del presidente uruguayo, José Mujica, es la concreción del puerto de aguas profundas en el departamento de Rocha, en la costa del océano Atlántico.

La terminal se instalaría a poco más de 100 kilómetros de la frontera con Brasil.

Mujica aún busca cerrar la financiación de esa terminal que según él debe pensarse con cabeza regional por lo que ha solicitado apoyo de Brasil, Bolivia, que tampoco tiene salida al mar, y Paraguay.

Recientemente, el mandatario llamó a “pensar la actividad portuaria en función de la región”.

“Cada vía de comunicación, cada río, cada puerto y cada paso hay que pensarlo en función del crecimiento global de la región”, señaló en una comparecencia ante legislador del Parlamento del Mercosur.

En octubre, Mujica y su colega paraguayo, Horacio Cartes, se reunieron en Montevideo y analizaron “el mejoramiento de nuestra ayuda portuaria” para que Paraguay siga usufructuando y mejore su presencia en las zonas francas de Nueva Palmira y Montevideo”.

CRI

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