La huelga de ayer acumuló pérdidas por $180.000 (casi ¢100 millones) a seis barcos que no pudieron atracar para cargar o descargar en los muelles de Limón y Moín.
Cada navío pierde $30.000 (poco más de ¢16 millones) por un día en bahía, según informó la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep).
Jorge Campabadal, presidente de la Cámara Nacional de Armadores y Agentes de Vapores, explicó que los buques deben cumplir una ruta a través de diversos puertos y la huelga encarece los costos de operación, porque desacopla las redes de transporte de mercancías.
Mónica Segnini, gerente de la empresa Desacarga, añadió que la paralización incluso afecta el transporte a Nicaragua y a toda la región. “Muchos productos ingresan por Costa Rica y se envían al resto de Centroamérica en transporte terrestre”, detalló.
Los sectores que pudieron verse más afectados si el Gobierno no hubiese tomado el control de los puertos son los exportadores e importadores de productos perecederos, como el banano y la piña.
La Cámara Nacional de Bananeros estimaba que las pérdidas de la fruta habrían empezado a producirse después de tres o cuatro días de inactividad.
Rónald Jiménez, presidente de Uccaep, estimó que usar los puertos del Pacífico en sustitución de los del Caribe no es una opción viable porque en puerto Caldera se debe esperar hasta cinco días en promedio. Colaboró Óscar Rodríguez.