El puerto de Barcelona está ultimando la redacción de un ambicioso plan para mejorar la calidad del aire y reducir los principales focos de esa polución en sus instalaciones. El plan incluye 52 actuaciones en nueve ámbitos para atajar las emisiones en los barcos, el tráfico, las terminales o a través del uso del tren. El grueso de las acciones persigue introducir el gas (en detrimento del gasóleo) en la flota interna de vehículos y en la maquinaria que mueve los contenedores, mientras se abordará también una serie de actuaciones para favorecer el cambio de combustible en los barcos. Igualmente, se plantea limitar la velocidad de los barcos en las maniobras de aproximación y salida. En la misma línea se busca una fórmula para que los cruceros utilicen gasóleo (en vez de fuel) también cuando se aproximen al puerto, y no sólo cuando estén atracados en él.
Los promotores del plan buscan mejorar la calidad del aire en el puerto con actuaciones centradas en los ámbitos en que tienen competencias, sabedores de que el gran impulso para reducir esas emisiones de los barcos requiere normativas y acuerdos de carácter internacional y una progresiva sensibilización de las grandes navieras y armadores.
La necesidad de actuar se debe en gran parte a que el puerto es el responsable del 7,6% de la contaminación por óxidos de nitrógeno (NOx) en la capital catalana, uno de los principales causantes de la pobre calidad del aire que respiran los barceloneses. Los niveles de NOx superan los fijados en las normativas europeas, lo que ha motivado un expediente de la UE. Los cruceros -que son una actividad turística creciente- aportan el 1,2% de los NOx.
Hace unos años, la solución apuntada (casi en exclusiva) para reducir la polución de los motores de los barcos (gasóleo) era la electrificación de los muelles portuarios. Pero esta opción se ve ahora tan costosa como inabordable. Se necesitarían grandes acometidas de alta tensión para afrontar consumos ocasionalmente muy altos en los cruceros e inversiones desproporcionadas.
El plan de mejora de calidad del puerto prevé, no obstante, realizar un estudio de viabilidad de la conexión de los barcos a la red eléctrica, para ver en qué terminales o muelles se puede hacer esa electrificación. “Pero creemos que se puede hacer en pocos lugares”, dice Jordi Vila, responsable de medio ambiente del puerto barcelonés. En todo caso, la electrificación será sólo una solución complementaria y sólo para contados casos. La conexión eléctrica del barco al muelle (como alternativa a la generación diésel a bordo) sería una solución para algún caso, pero no será la opción más generalizada. Otra opción es habilitar un motor móvil de gas natural para producir electricidad in situ. Los responsables del puerto barcelonés aduce que actualmente el número de puertos que tienen muelles electrificados es aún bajo (seis puertos en Suecia, seis en Estados Unidos, tres en Finlandia, dos en Canadá y Bélgica, y uno en Alemania, Holanda y Noruega, respectivamente).
La principal apuesta del plan del puerto para atacar los gases contaminantes es el empleo del gas para sustituir el gasóleo como combustible en el transporte terrestre y marítimo, y también para la maquinaria en la zona portuaria.
Las principales emisiones en los puertos se producen en las maniobras de aproximación del buque a la ciudad, y cuando éstos están atracados. Una vez en el puerto, los motores principales (fuel) se apagan, pero siguen funcionando los motores auxiliares de gasóleo que producen electricidad para uso propio (iluminación, climatización, electrónica….). Una tercera fuente de polución son las calderas (también de fuel o gasóleo), que sirven para producir agua caliente, calefacción o refrigerar los tanques de fuel.
Ganar la batalla al fuel y al gasóleo. Esa parece la consigna. El gasóleo se usa como combustible en los buques atracados porque es menos contaminante que el fuel (tiene entre 20 y 30 veces menos azufre y un 10% menos de óxidos de nitrógeno), pero sigue emitiendo igualmente partículas, así como otros contaminantes, como los temibles óxidos de nitrógeno. Por eso, las nuevas tendencias apuntan al uso del gas natural, que reduce un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno y, además, no emite ni azufre ni partículas.
Importantes avances en el campo de la descontaminación se han conseguido con la entrada en vigor de la nueva normativa europea que obliga (a partir del 1 de enero del 2010) a emplear un gasóleo de bajísimo nivel de azufre (máximo, 0,1%) en los barcos atracados en puertos europeos.
El plan recoge diversas iniciativas para favorecer en los buques el cambio del combustible convencional (fuel y/o gasóleo) por gas natural aprovechando la proximidad de la planta de regasificación de Enagás, la más antigua de Europa en funcionamiento. Enagás está desarrollando un proyecto de habilitación de un atraque para suministrar gas natural licuado (GNL) a buques pequeños y gabarras.
También se transformará una gabarra que presta el servicio de bunkering (gasolineras flotantes) para incorporar tanques de gas natural licuado (GNL) y brazos de descarga para poder suministrar también GNL a los barcos. Igualmente, en los dos terminales de contenedores (Maersk, al norte, y Best, al sur) se propone introducir motores de gas natural para accionar las máquinas que mueven los contenedores (grúas móviles, carriers, toros, sistemas automáticos de posicionamiento), que funcionan ahora con gasóleo (diésel).
Otro dato relevante: el primer camión de la flota del puerto opera desde este mes de junio con gas natural licuado. La Associació de Transportistes Empresaris de Contenidors de Barcelona ha firmado un convenio con la dirección general de Qualitat Ambiental de la Generalitat para promocionar el uso del GNL.
La regulación cada vez más estricta con relación a las emisiones de gases y partículas y la presión ciudadana han propiciado que el gas natural comience a considerarse como una alternativa real a los combustibles derivados del petróleo para la propulsión de barcos, camiones de transporte de mercancías y maquinaria en las terminales. Este cambio de combustible ha comenzado a producirse a escala mundial.
“El puerto trabaja para dar a conocer los beneficios que el cambio de combustible supondrá para la competitividad del transporte a causa del menor precio del gas natural respecto a los combustibles derivados del petróleo”, dicen los responsables del puerto de Barcelona.
Otra ventaja del cambio es la capacidad de atraer el tráfico de compañías navieras y armadores que tengan flota con gas, ya que no todos los puertos podrán disponer de instalaciones de suministro competitivas, argumentan. “Creemos que a medio y largo plazo, el gas natural será el combustible prioritario en la propulsión de barcos y camiones”, añaden.
En el plan se incluye la elaboración de un decálogo de buenas prácticas. Ahora, los cruceros, cuando entran en el puerto, utilizan fuel y, una vez han atracado, emplean gasóleo (menos contaminante). Pero se estudia que también cuando se aproximen al puerto utilicen el gasóleo. Técnicos del puerto, conjuntamente con expertos de la universidad, han visitado 24 barcos (cruceros, ferrys, portacontenedores) para estudiar la potencia de sus motores. Y se ha visto que las emisiones generadas por las maniobras y estancia en el puerto son un 50% menores a las que hasta ahora se había estimado. Asimismo, se ha implantado una bonificación del 70% sobre las tasas para los buques que dispongan de motores principales o auxiliares que funcionen con gas natural licuado para la aproximación, maniobra o durante la estancia en puerto.