Una huelga de controladores aéreos perjudica la reapertura del aeropuerto internacional de Zaventem, en Bruselas, luego de los atentados terroristas del 22 de marzo, suscitando críticas de la población y de diversos sectores.
El aeropuerto ha vuelto a operar con un 20 por ciento de su capacidad diez días después del doble ataque, que causó la muerte de doce personas en la terminal aérea y más 20 en la estación de metro de Maelbeek, además de 187 heridas.
Con el movimiento de huelga, la frecuencia de vuelos ha caído a 15 por hora en la mañana del miércoles, frente a los 76 por hora autorizados en el contexto actual.
Al menos 50 vuelos han sido cancelados, de acuerdo con Nathalie Van Impe, portavoz de Brussels Airport, la sociedad gestora del local.
En las redes sociales, la huelga se ha convertido en el tema más comentado del día, reuniendo críticas a los controladores aéreos.
“El movimiento de huelga es detestable en un momento en que el aeropuerto de Zaventem ha apenas retomado sus actividades luego de ser forzado a parar durante más de diez días por los atentados mortales”, opinó el diario La Libre Belgique en un editorial firmado por Vincent Slits.
Para el editorialista, la acción “suena como un insulto a todos aquellos que lucharon día y noche para conjurar el horror y hacer volver a operar lo más rápidamente posible esa infraestructura estratégica que es también uno de los pulmones económicos” de Bélgica.
“Este país ya no necesita terroristas para estallar. Se está estallando por sí solo, por sus absurdos, sus irresponsabilidades”, criticó el editorial de Béatrice Delvaux en el periódico Le Soir.
Por su parte, la patronal flamenca Voka calificó la huelga de “totalmente irresponsable” y llamó la atención por el daño adicional que puede causar a la imagen del país, ya muy criticado a nivel internacional.
También la asociación Airlines for Europe (A4E), que representa compañías como Air France KLM, EasyJet, Lufthansa Group y Ryanair, condenó con firmeza la acción y señaló que ocurre “en el peor momento”.
NTX
