Puerto Peñasco, Sonora, albergará el primer home port para cruceros en territorio mexicano.
Se calcula que abra sus puertas en 2016, de acuerdo con Guillermo Ruiz de Teresa, coordinador general de Puertos y Marina Mercante de la SCT.
Este proyecto dejará una derrama económica de hasta 12 millones de dólares mensuales en la región, pero, de acuerdo con autoridades y expertos, también requerirá de una regulación más fuerte para la industria de los cruceros.
El home port consiste en una escollera, un muelle y un edificio terminal, con una inversión conjunta de más de mil millones de pesos, prácticamente todos provenientes del presupuesto federal.
Aunque varios puertos mexicanos, como Mazatlán, Vallarta y Cozumel, son frecuentemente visitados por estas embarcaciones, sólo se benefician de una parte del negocio: las compras que los turistas hacen mientras recorren sus calles.
Eduardo González Cid, asesor y enlace de la Comisión de Turismo de la Cámara de Senadores para la industria de cruceros, explicó que la carga de combustible y el avituallamiento, que también generan recursos millonarios, se quedan en los puertos desde los que estos buques, que en el caso del Pacífico son San Francisco, Los Ángeles y San Diego.
Los cruceros que recorren el Caribe suelen salir de Miami, Fort Lauderdale o San Juan.
Javier Tapia, titular de la Comisión de Turismo de Sonora, dijo que con la construcción de este home port, el Gobierno mexicano aumentará los beneficios económicos para la región Noroeste del País, pues las rutas asociadas tocarían puertos de Sonora, Sinaloa, Baja California Sur y Baja California.
Con la atracción de un solo buque, se generaría una derrama económica de 3 millones de dólares semanales para la región.
Una tercera parte de esos recursos provendría de los servicios de avituallamiento de alimentos, bebidas y otros insumos necesarios para la travesía.
Otro millón de dólares se generaría con la venta de combustible, en el puerto de Guaymas, donde ya existe la infraestructura necesaria.
El millón restante estaría asociado al gasto que los turistas hacen mientras realizan recorridos.
Jim Walker, abogado marítimo especialista en la industria de los cruceros, explicó que los casinos flotantes suelen operar solamente mientras los buques están en aguas internacionales, ya que de ese modo, pueden quedarse con el 100 por ciento de los ingresos obtenidos.
Cuando las embarcaciones tocan algún puerto, los establecimientos cierran para no infringir la ley del País en el que se encuentran.
En México, los casinos están permitidos, pero para operar, necesitan obtener un permiso de la Dirección general de Juegos y Sorteos, dependiente de la Secretaría de Gobernación.
