El Gobierno de México presentó el miércoles el diseño ganador para la construcción del nuevo aeropuerto de la capital, que requerirá de una inversión de unos 120,000 millones de pesos (9,120 millones de dólares) en recursos públicos y privados.
El arquitecto británico Norman Foster y Fernando Romero, yerno del magnate mexicano Carlos Slim, mostraron en la casa presidencial su propuesta ganadora, un diseño futurista en forma de araña, de techos muy altos y bóveda arqueada, que ayudará a aliviar la saturación del actual aeropuerto.
La nueva terminal aérea tendrá seis pistas y será construida al lado del Aeropuerto Internacional Benito Juárez en el oriente de la ciudad de México, en un terreno que es propiedad del Gobierno.
“Este aeropuerto es el primero de su tipo en el mundo”, dijo Foster. “No tiene un techo convencional, no tiene paredes verticales. No tiene columnas en el sentido normal”, agregó.
Dijo que los principales desafíos de la obra incluyen terremotos frecuentes y el hecho que la capital se encuentra sobre en el lecho de un lago.
El secretario de Comunicaciones y Transporte Gerardo Ruiz Esparza dijo que espera que la construcción empiece a mediados del 2015 y que el Gobierno se encuentra en negociaciones con la firma de ingeniería estadounidense Parsons para asumir la administración de las obras.
El Gobierno de México financiará la primera fase de construcción y analiza emitir bonos con vencimiento de hasta 30 años para financiar etapas posteriores, dijo un funcionario vinculado al proyecto.
Federico Patiño, director financiero del proyecto, dijo que el proyecto sería financiado hasta el 2016 usando dinero del presupuesto gubernamental y dos préstamos por un total de 3,000 millones de dólares, así como por el flujo de caja de la actual terminal.
El primer préstamo será por 1,000 millones de dólares con los bancos BBVA, HSBC, Grupo Financiero Inbursa y Citigroup y el acuerdo se cerrará el próximo mes, dijo Patiño.
Después del 2016, México buscaría complementar los fondos del presupuesto con la emisión de bonos denominados en dólares a 30 años por unos 6,000 millones de dólares, agregó.
“El costo de infraestructura aeroportuaria es de alrededor de 10,000 millones de dólares y vamos a captar 6,000 millones de dólares en los mercados”, dijo Patiño. “La estrategia incluye financiamiento de corto y mediano plazo”, agregó.
120 MILLONES DE PASAJEROS
Incluyendo los costos de gestión de construcción, administración, diseño y proyectos hidráulicos en el sitio la inversión total en el aeropuerto se elevaría a 169,000 millones de pesos (12,900 millones de dólares).
En última instancia, el Gobierno espera elevar la capacidad de la terminal a 120 millones de pasajeros al año en un plazo de 50 años.
Ruiz Esparza dijo que el actual aeropuerto sería cerrado y el área podría ser dedicada a una ciudad universitaria, áreas verdes y almacenes.
Un intento previo de construir un aeropuerto en una zona cercana, durante el mandato del ex presidente Vicente Fox, enfrentó violentas protestas de campesinos armados con machetes que rechazaban el precio que el Gobierno ofrecía por sus tierras. El proyecto fue cancelado en el 2002.
Foster es uno de los arquitectos más famosos del mundo y su firma, Foster + Partners, ha diseñado decenas de importantes proyectos alrededor del mundo, incluyendo el aeropuerto de Pekín y el estadio de Wembley en Londres.
Su equipo también diseñó un edificio en Londres apodado “The Gherkin (El Pepino)” por su forma redondeada, que se ha convertido en uno de los principales monumentos de la ciudad.
Romero, quien está casado con Soumaya Slim, hija de uno de los hombres más ricos del mundo, es el jefe de la FR-EE Fernando Romero Enterprise.
La firma diseñó el distintivo Museo Soumaya de la Ciudad de México, cuyos inclinados muros plateados cobijan gran parte de la colección de arte personal de Slim, quien controla al gigante de las telecomunicaciones América Móvil y está detrás de un gran imperio que abarca minería, banca y comercio minorista.
Analistas creen que su firma Grupo Carso y la constructora ICA podrían pujar por los contratos de construcción.
Reuters