Las disposiciones para el control de carga de cabotaje en recintos fiscalizados, que impedían un crecimiento en el tráfico de transporte de carga marítima, fueron liberadas por la Dirección General de Aduanas, sin embargo, las empresas no generan una demanda real del servicio que permita a las navieras ser rentables, aseguraron participantes del sector.
En términos navales, el cabotaje es el transporte de carga y pasajeros entre puertos de un mismo país, navegando cerca de la costa.
Sin embargo, Leoncio Pérez, director general de Grupo CICE, manifestó que hay un tema importante que resolver: la demanda. El puerto de Lázaro Cárdenas nació con demanda en cabotaje de acero, hierro y roca fosfórica, pero sólo es de un tramo de ida y no hay carga que transportar de regreso. Hay carga suficiente para llevar a la Península de Yucatán, pero no para traer de regreso, destacó.
De acuerdo con la SCT, el cabotaje marítimo a nivel nacional, de enero a septiembre de este año, registró un crecimiento de 3.2 por ciento, contra igual periodo del año anterior, al ubicarse en más de 56 millones 764 mil toneladas.
El bajo crecimiento corresponde a una caída del transporte de petróleo y derivados del 0.2 por ciento, así como un decremento del 35.9 por ciento en el manejo de otros fluidos, señala el Informe Estadístico Mensual de la SCT.
Pérez consideró que además de que no existe una reciprocidad en el manejo de carga, no ha existido una empresa que ofrezca servicios de cabotaje competitivos contra otros modos de transporte, que empuje esta demanda.
“Que el cabotaje sea más competitivo que el autotransporte o el ferrocarril y se complemente con ellos, una vez que haya hecho su travesía marítima”, explicó Pérez.
Luis Manuel Ocejo, director de Transporte Marítimo de Grupo TMM, señaló que han trabajado en una ruta de cabotaje para productos agrícolas de la Paz a San José del Cabo, el cual se enlaza con un corredor intermodal. Con él esperan captar el mercado que realiza actualmente el servicio de ferry, que no cubre con los requerimientos de capacidad de la zona.
El Economista
