Bombardier propone monorriel de Plaza Carso al Aeropuerto

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La sola noticia de que el gobierno federal proyecta dos líneas de metro (o una de metro y otra de tren ligero) para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) encendió los motores creativos de la empresa canadiense Bombardier, dedicada al negocio ferroviario y aeronáutico. Rápidamente esta firma que encabeza en México Alfredo Nolasco encontró la solución: el trazo no debe iniciar desde Buenavista, como se ha planteado, sino desde Plaza Carso, en el corazón de negocios de la ciudad, junto al Museo Soumaya, al centro comercial Antara y a las oficinas corporativas de América Móvil.

La razón del planteamiento es sencilla: el derecho de vía ya está trazado en esa zona, que fácilmente podría conectarse a Buenavista para luego ir a Ciudad Azteca y al nuevo Aeropuerto. En adición, se espera que el tráfico de pasajeros tenga un fuerte componente de gente de negocios que día a día utilizará la nueva terminal aérea. El área circunvecina de Polanco sería el centro focal idóneo para establecer la terminal del metro que conecte con la terminal aérea. Bombardier ve más fácil que los pasajeros usen un tren desde Polanco que desde Buenavista. Hace sentido.

La mejor opción para un tren de esta naturaleza sería un monorriel. Ejemplos de monorrieles de acceso a aeropuertos hay varios en el mundo. Uno de ellos es el de Tokio, cuyo monorriel tarda 14 minutos para ir de la estación Hamamatsucho al aeropuerto Haneda. Una ventaja de estos sistemas es que pueden crecerse para cubrir varios edificios terminales que puedan existir en el futuro del nuevo aeropuerto. En el caso del NAICM Bombardier visualiza alrededor de cuatro estaciones para que, además de los pasajeros de negocios y turísticos, también los trabajadores del aeropuerto tengan acceso rápido a su centro de trabajo.

No está fácil la configuración de los planes para los proyectos de transporte hacia el NAICM, sobre todo porque en la capital existe resquemor por el episodio de la Línea 12 (el desfalco fue gigantesco y al parecer la solución definitiva para que se retome el servicio será comprar trenes nuevos pero de longitud más corta, que no presionen a la vía en el equivocado trazo curvo que originalmente tuvo).

En la industria ferroviaria se piensa que debe aprovecharse el derecho de vía para el aeropuerto, sí, pero con un sistema nuevo que esté a la altura del magno proyecto que está por construirse. No obstante, el gobierno federal debe actuar en varias pistas. Una de ellas es la velocidad: a la administración del presidente Peña le quedan poco más de 3 años. Es un tiempo muy ajustado para construir y poner en marcha un sistema ferroviario que conecte al NAICM con el centro de la ciudad.

El Financiero

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