Manuel Ángel Núñez, director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), se refirió a la polémica de la barda de 32 kilómetros que se está licitando para la creación del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México que se prevé debe estar listo el 20 de octubre de 2020, y que hay transparencia en el proyecto, como se puede apreciar en la página del grupo.
En entrevista telefónica con en el programa Fórmula Financiera, explicó que este es un tema de los muchos que se han llevado adelante en toda la parte de diseño y de construcción. Recordó que hoy, hace un año, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, anunció la construcción del Aeropuerto, por lo que han trabajado en el tema de diseño, con los arquitectos y cumpliendo con todos los requerimientos de la manifestación de impacto ambiental.
Explicó que una vez que les dieron la autorización, iniciaron trabajos en el sitio, como los caminos interiores para el sondeo que han tenido que hacer para poder tener los estudios que se requieren sobre el comportamiento del uso de suelo, para la cimentación de las pistas y del edificio terminal.
Indicó que sacaron alrededor de 500 pozos que tenía Sosa Texcoco desde que se producía sosa cáustica con el agua salubre de esa región, y también han procedido con la construcción de un camino perimetral que se requiere para la construcción de la barda.
En este caso, aclaró que al amparo de la Ley de obra pública y de la estrategia que se tiene dentro del GACM, se realizó un convenio con la Secretaría de la Defensa, cuyos ingenieros militares están a cargo de la construcción de esta parte de esta gran obra.
Indicó que son 31 kilómetros de barda con un costo inicial calculado en mil 500 millones de pesos, cantidad que se puede ver en la página del GACM, como parte del convenio que fue suscrito para este propósito.
En relación con el tema pluvial, dijo que se hicieron estudios para llegar a la viabilidad del proyecto en la zona, que llevaron a la conclusión de que hay una buena cantidad de obras de infraestructura que se tiene que realizar.
Detalló que son 145 kilómetros de colectores marginales de los nueve ríos que bajan un tipo de lluvia en la zona oriente del Valle de México; 24 plantas de tratamientos, 39 kilómetros de construcción de túneles y se van a construir nueve lagunas artificiales que van a traer una dimensión de casi dos veces del tamaño de la bahía de Acapulco, en términos del espejo de agua, entre otras obras que están respondiendo a la gran infraestructura que se construye para toda esta parte del Distrito Federal y del Estado de México, que están a cargo de Conagua.
Indicó que se trabaja en forma y que los trabajos en la parte hidráulica habrán de estar concluidos en 2018.
Aclaró que tarea del GECM es construir el nuevo sistema de operación, que es un reto mayúsculo, pero han participado en la aportación de ideas, pues creen que el uso de esos terrenos deben responder a un proyecto de desarrollo nacional que beneficien a la Ciudad de México, y que habrá que considerar qué es lo mejor para ese sitio, pues el tamaño de esa tierra es dos veces mayor al Central Park de Nueva York.
Sugirió que se debe pensar en lo que esa zona necesita, como empleo, educación, salud y vialidades; es decir, tiene que responder a un proyecto de gran beneficio tanto para la Ciudad como a el Estado de México y donde tienen que trabajar en conjunto los gobiernos de ambias entidades.
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