“Barranquilla siempre será un puerto obligado para la Armada”

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A las 10:30 de la mañana de ayer arribó el buque ‘ARC Gloria’ a la Sociedad Portuaria • Mañana vuelven a zarpar en un crucero de entrenamiento que durará 25 días.
El Buque-Escuela ARC Gloria atracó ayer en la Sociedad Portuaria de Barranquilla, ondeando en su mástil una enorme bandera tricolor.

El Buque insignia, que lleva el Himno Nacional a diferentes países del globo y que expone la cultura colombiana en los puertos que atraca, irrumpió en este lado del Magdalena a las 10:30 de la mañana, después de 3 años sin navegar estas aguas.

El Gloria fue visitado por los reyes cívicos del Carnaval y estudiantes de algunos colegios de la ciudad.

La embarcación viene de recorrer 13.087 millas náuticas en un periplo por 12 puertos, entre ellos el de Isla de Horta en Azores, Bremerhaven en Alemania, Ámsterdam en Holanda, Edimburgo en Escocia, Londres en Inglaterra, Lisboa en Portugal, Cádiz en España, Santo Domingo, República Dominicana, entre otros.

“Barranquilla siempre será un puerto obligado para la Armada de Colombia. Esta es la cuna de los grandes marinos de la Armada, siempre será un honor venir a Barranquilla y aquí tenemos nuestra escuela de suboficiales”, indicó Reinaldo Espinosa, capitán de navío y comandante del buque Gloria.

David Jiménez, un grumete barranquillero que hace parte de los 80 alumnos de la Escuela Naval de Suboficiales ARC Barranquilla, que se embarcaron ayer para emprender un crucero de entrenamiento durante 25 días por Centroamérica, aseguró que para él es un orgullo y un honor hacer esta travesía por los mares de ese continente.

“Cuando uno se embarca siente una emoción muy grande y para uno como alumno, esta es una experiencia que no se quiere perder. Zarpamos mañana”.

Los grumetes visitarán los puertos de Isla de Roatán, en Honduras; Puerto Barrios en Guatemala y volverán a puertos colombianos, primero San Andrés y luego Cartagena.

Fascinado con la pulcritud y el brillo de cada uno de los metales de la embarcación, en los ojos del pequeño Juan Diego Acevedo se podía adivinar el asombro y la alegría que le produjo la experiencia de recorrer el embajador de Colombia en los mares del mundo.

Acevedo, de 12 años, fue uno de los estudiantes del Real Royal School que disfrutó esta experiencia. “Es muy interesante, extraordinario. Estoy feliz de conocer este barco. Es muy chévere porque ellos van de país en país”, dijo.

El Heraldo

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