A tres años desde su apertura, la Plataforma Aeroportuaria de Teruel -conocida como Plata- afronta el futuro con optimismo. El negocio crece y este año invertirá más de dos millones de euros en ampliar sus instalaciones, únicas en Europa, destinadas no a transportar viajeros y mercancías, sino al estacionamiento, el mantenimiento y el reciclado de las aeronaves.
La Plata es un aeropuerto extraño. A diferencia de los pequeños aeródromos de provincias, que languidecen sin pasajeros ni actividad alguna, necesita ampliar sus instalaciones porque las actuales no le bastan para prestar los servicios en los que basa su negocio.
Así, este año invertirá 1,35 millones de euros en pavimentar 11 pastillas de estacionamiento para las aeronaves, que ejecutará una UTE formada por Elecnor y Benito Arno e Hijos. También destinará otros 785.000 euros en construir un nuevo hangar y 70.000 euros más en una línea de fibra óptica que mejore las comunicaciones.
Su director general, Alejando Ibrahim, no tiene dudas al afirmar que “en el poco tiempo que lleva operando, el aeropuerto es conocido internacionalmente, y tiene éxito; recibimos vuelos de todo el mundo; ahora mismo hay 84 aviones”.
La Plata es, con 340 hectáreas, el mayor aeropuerto de estacionamiento de Europa; su pista de aterrizaje, de 2,8 kilómetros, permite la llegada de cualquier tipo de embarcación aérea y su clima, seco y despejado -llueve 50 días año- es excelente para volar y para la conservación de los aparatos. Sólo al otro lado del Atlántico, en EEUU, hay alguna instalación similar.
Fue promovido por el Ayuntamiento de Teruel -que cedió los terrenos de un antiguo aeródromo militar- y la Diputación, que siguen siendo sus titulares. Se proyectó en 2003 y opera desde 2013, tras recibir una inversión de 42 millones, muy lejos de los 500 millones que costó el aeropuerto de Ciudad Real, los 150 millones del de Castellón, los 95 millones del de Lérida o los 80 millones del de León.
Su principal cliente es Tarmac Arosave, una empresa participada por Airbus, Suez Environment y Safran, especializada en el estacionamiento, el mantenimiento y el reciclado de aeronaves, actividad en la que logra recuperar el 90 por ciento del peso del aparato. Comenzó a operar en el año 2009 en el aeropuerto de Tarbes, en Francia, y ha ampliado su actividad a Teruel, donde ya presta servicio al triple de aviones que en el país vecino. Es la mayor empresa de Europa en su ramo.
La Plata tiene un acuerdo con Tarmac de 25 años de duración. Durante este tiempo, recibe un canon concesional de 1,25 millones de euros anuales. Todavía no lo percibe íntegro -crece progresivamente-, pero se abonará completamente al sexto año. Además, la campa -la zona de estacionamiento de los aviones que ahora se amplía- también la sufraga Tarmac, a un ritmo del 3 por ciento anual.
Con esa fuente principal de ingresos, el resultado de explotación del aeropuerto durante 2015 fue de 850.000 euros, mientras que los gastos fueron de 900.000 euros. Ibrahim presume de que en sólo dos años ha superado en ingresos a 16 aeropuertos de la red española y que sus previsiones son buenas, porque dentro de tres años ya cobrará el canon íntegramente y está obteniendo ingresos de otras actividades, como la investigación aeroespacial. Pronto albergará una escuela británica de pilotos.
Agencias