El principal grupo financiero mexicano muestra su interés por financiar los grandes proyectos de infraestructura y energía que se presentarán en el país en los próximos años. Aguas profundas, o incluso las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, están entre los planes de Banorte.
En entrevista con El Universal, el presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Banorte, Carlos Hank González, dijo que la firma reforzó sus áreas de negocio para atender estos sectores y se ofrece como puente de entrada para inversionistas extranjeros interesados en participar en energía e infraestructura.
¿Cómo percibe el entorno?
—Hay volatilidad importante en los mercados. Está la preocupación por la disminución del crecimiento en China, la caída en los precios del petróleo. En el caso de México, no estamos exentos de estos factores, pero desde Banorte estamos viendo una gran estabilidad en las condiciones macroeconómicas en el país, tanto en el pasado como en los años futuros, lo cual nos ha permitido hacer una planeación. Tenemos un proceso a cinco años, pero no hay que dejar de observar todos estos factores. Somos optimistas, pero realistas. Estamos optimistas del futuro para México, y para el futuro de Grupo Financiero Banorte, pero hay muchos factores que habrá que observar de cerca para ver cómo van evolucionando y tener la capacidad de adaptarnos.
Con el alza de tasas del Banco de México, ¿prevén encarecimiento de algunos de sus productos en los próximos meses?
—Probablemente en algunos pudiera tener alguna volatilidad, pero no es un factor que vaya a afectar los precios de manera dramática. El movimiento son 50 puntos base y esto no va a tener una distorsión importante en los precios de los productos. Hay una amplia competencia en el mercado con más de 40 bancos donde todos estamos buscando tener una participación, pero desde nuestro punto de vista no va a ser un factor determinante en el corto plazo en la volatilidad de los precios.
Hay preocupación por la situación de bancos chinos y europeos. ¿Ve un riesgo para el sistema financiero mexicano a partir de lo que ocurre en esos países?
—Una de las grandes ventajas de México es que tiene un sistema financiero sumamente sólido. Si ves como hemos venido evolucionado desde aquellas crisis de los años 90, nos fuimos fortaleciendo y manteniendo bien capitalizadas las instituciones. Hemos sido de los países que más rápido ha tenido la capacidad de adaptarse a las nuevas reglas. El sistema financiero mexicano goza de salud muy importante. No veo riesgo sistémico en el medio financiero pero tenemos que estar atentos a como va evolucionando con los factores externos que puedan llegar a afectar.
En materia de financiamiento para el sector energético, ¿mantienen su interés con estos precios bajos del petróleo?
—No sólo lo mantenemos, sino que lo reforzamos. Acabamos de arrancar un área especializada que se va a dedicar específicamente a proyectos de infraestructura y energía. Creo que el potencial que tienen las reformas que se han hecho en el país, hablando específicamente de la energética, probablemente se ha afectado por los precios del petróleo, y los efectos no se noten de inmediato ni de manera dramática en el corto plazo, pero son efectos que van a cambiar el potencial y el rumbo de crecimiento del país en ese sector. Banorte tiene que jugar un rol muy importante en ese sentido, entendemos que estos proyectos abrirán la posibilidad para nuevos actores internacionales para invertir en nuestro país y Banorte tiene que ser un puente de entrada. Somos el grupo financiero mexicano más importante y asumimos la responsabilidad de apoyar a los inversionistas extranjeros a llevar a buen puerto sus inversiones en el país.
¿En qué les interesa participar? ¿Aguas profundas, obras como el nuevo aeropuerto?
—Obras de infraestructura de todo tipo, son de nuestro interés. Hemos tenido una partición importante en este rubro en el pasado y conocemos bien las necesidades de nuestro país y como se pueden estructurar este tipo de proyectos. Si hay la oportunidad en el nuevo aeropuerto, carreteras, presas, nuevas inversiones en proyectos de energía, etcétera. Estamos muy abiertos a atender este tipo de proyectos en su totalidad. Habrá que ir entendiendo los nuevos como aguas profundas con sus riesgos, al igual que los inversionistas irán entendiendo ese rol y también tendremos que ir gestando como tomar una partición en ese mercado.
Ya son 47 bancos los que hay en el sistema financiero mexicano. ¿Se aprieta el negocio o hay espacio para todos?
—Tenemos excelentes competidores que nos llevan a hacer una mejor labor en el entendimiento de nuestros productos y clientes y en la capacidad de desarrollar soluciones financieras que llenen las necesidades de nuestros clientes. Algo muy importante es que somos un grupo financiero mexicano, para los mexicanos. Entendemos las necesidades y tenemos la capacidad para desarrollar los productos en México para mantenernos competitivos.
En materia de regulación, está la posibilidad de que se les pida más capital. ¿Cómo ven los cambios?
—La regulación nos ayuda a mantener la salud financiera. No sabemos aún si se requerirá mayor capital, pero Banorte es un banco muy bien capitalizado, por encima de los niveles que pide la autoridad. En ese sentido, no estamos preocupados.
En el negocio de consumo, ¿ve una recuperación en el área de tarjetas de crédito?
—Es un área que nos entusiasma el potencial de crecimiento que tiene para 2016. Ya vimos un crecimiento en 2015 por arriba de 12% y en los primeros meses de este año lo vemos con buenos ojos. Estamos basando buena parte de nuestra estrategia en el crecimiento de esta cartera para los próximos años.
¿Cuál es su principal preocupación?
—Lo más importante es que podamos trabajar como sistema financiero junto con nuestras autoridades en tener la capacidad de adelantarnos al entorno financiero que estamos viviendo a nivel internacional. Ya vimos las decisiones de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, y el recorte de gastos. Es nuestra responsabilidad tener la capacidad de diálogo y comprometernos para anticiparnos a lo que nos pueda afectar del entorno.
El Universal