El cerco se reactiva con nuevos barcos en Malpica y Camariñas

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A pesar de las cuotas tienen atenazado al sector pesquero, el cerco no cede terreno y se mantiene como una de las principales fuentes de ingresos en los puertos de la Costa da Morte en general y en los puertos de Malpica y Camariñas en general. La renovación de la flota es fundamental en esta lucha para mantenerse. Ayer mismo fue botado en Laxe un barco para Malpica y en Santoña espera el Nuevo Paquita a la que fue tripulación del Riobao de Camariñas para empezar la campaña de la anchoa.

La botadura de ayer en Laxe no fue tarea fácil. El Novo Castelao salió el astillero Fibramar, a dos kilómetros del puerto, con bastante dificultad. Es el mayor barco que han construido los hermanos Javier y Daniel Carracedo. Tiene 21 metros de eslora y 6 de manga y está construido en fibra, un material que ahora prefieren los armadores porque tienen un menor mantenimiento.

El Novo Castelao es mayor que el barco que durante 30 años capitaneó José Chouciño y del que se ocupan ahora sus hijos. Las dimensiones del casco hicieron que la operación para llevarlo hasta el puerto no resultara nada fácil. Una vez en el agua habrá que esperar a que el ingeniero de la Capitanía Marítima de A Coruña realice todas las pruebas para permitirle navegar. Hace ya un mes que los diez hombres que constituían la tripulación del Castelao están sin trabajar porque desguazaron el barco de madera. No les quedó más remedio porque tuvieron que aportar los GT que tenía la vieja tarrafa para la construcción de la nueva y aún tuvieron que comprar más.

José Chouciño confirmó que no recibieron ningún tipo de ayuda, algo que los patrones mayores de la zona esperan que cambie tras el anuncio de la Consellería do Mar de que dedicará a la flota de bajura la mayor parte del dinero procedente de Europa.

Sin embargo, la principal queja tienen que ver con las cuotas. José Manuel Martínez Escarís, de Fisterra, señala que no se deberían aplicar a las pequeñas embarcaciones, sobre todo a las de artes fijas, que están pendientes del cese de las capturas accidentales de xarda, que son vitales para estos pequeños armadores.

También para el Novo Castelao las cosas se pondrán complicadas. José Chouciño, de 74 años, recuerda que en Malpica, en el 83, se respetaban las cuotas de 4.000 kilos de jurel y 6.000 de sardina, aunque reconoce que no era así en otras partes. Ahora solo les corresponden 300 cajas de xarda y 1.500 de jurel para todo el año. «Temos que roubar para vivir, temos que ir ao mar coma delincuentes», aseguró José Chouciño, una expresión que repiten la inmensa mayoría de los armadores de la Costa da Morte. Es el caso de José Manuel Campaña, de Camariñas, que cambió el Riobao por el Nuevo Paquita. El día 1 de mayo tiene previsto comenzar en Santoña la campaña de la anchoa. Ha cambiado de barco precisamente para poder ir a Cantábrico. «Os vascos poden pescar todo e nós nada», explica. Cuando termine en el norte vendrá a por la sardina. Será en junio. Explica el armador que es el único modo de sobrevivir a las cuotas.

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