El Puerto vigilará durante diez años si la obra del espigón central afecta a las playas

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BILBAO – La Autoridad Portuaria de Bilbao (APB) soltó ayer amarras de su último gran proyecto de construcción de muelles: el espigón central, con el que culminará la ampliación de las instalaciones del Abra Exterior iniciadas en 1992. “Va a ser la mayor obra que vamos a acometer”, aseguró ayer el presidente de la entidad, Asier Atutxa, en la presentación de la adjudicación de los trabajos.

El Consejo de la APB decidió ayer encargar el proyecto a la Unión Temporal de Empresas compuesta por Sato, Construcciones Adolfo Sobrino, Exbasa y Viuda de Sainz, por un monto de 79,3 millones de euros y un plazo de ejecución de 39 meses. Una adjudicación económica que implica un ahorro de un 36,5% con respecto a los 125 millones de euros por los que salió a concurso.

Una bajada de calado reconoció Atutxa, aunque solo tres puntos por encima de la media de rebaja (33,65%) presentada por los seis consorcios que han acudido al concurso. Una de ellas incluso rebajaba el coste hasta el 41%. En cuanto al cronograma, Carlos Alzaga, director de la Autoridad Portuaria, calculó que “esperamos que para septiembre se inicien los trabajos que durarán 39 meses, más otros seis que se prologará la urbanización de los terrenos ganados al mar”. Es decir, que los 334.000 metros cuadrados de superficie que se ganarán al mar y el kilómetro de línea de atraque que se generarán en esta primera fase de la obra estarían operativos para el verano de 2020.

Una intervención magna en cuanto a cifras, tramitación y afecciones que va a obligar a la APB a desplegar todos sus recursos y vigilar que la incidencia al medio natural sea la menor posible. Un ejemplo es que se controlará a lo largo de la próxima década cómo evoluciona el estado de las seis playas más cercanas a la zona de obras.

HASTA ATXABIRIBIL La vigilancia incluirá campañas de levantamiento topográfico, batimétrico de la zona submareal adyacente y caracterización del sedimento superficial. Para las playas situadas en la parte exterior del Abra, hasta Atxabiribil, este seguimiento iba a ser cada dos años aunque la Autoridad Portuaria ha decidido realizar “un seguimiento anual de las mismas en aras a un mayor control”, indicó Alzaga. En los arenales más cercanos -Ereaga, La Arena y Arrigunaga-, los análisis serán cada seis meses.

Una labor preventiva consecuencia de que gran parte de los rellenos necesarios para habilitar la nueva explanada (8,5 millones de metros cúbicos de material) procederán del fondo del mar. En concreto, se prevé extraer 6,3 millones, aunque se reserva un 20% de esta cantidad por si a lo largo de los próximos años se puede conseguir material adecuado en obras pública del entorno. La zona de extracción está ubicada en paralelo al dique de Petronor, a dos millas de la costa al norte en una extensión de unos 7,9 kilómetros cuadrados. La cantidad prevista a sacar será el 10-15% del total del banco de arena existente en profundidades que alcanzarán hasta los 63 metros.

El resto de los rellenos (2,2 millones de metros cúbicos) procederá de material de cantera; y de esta cifra la mitad llegará de la limpieza de la cantera de Punta Lucero. Toda esta cantidad de rellenos se irá depositando en el centro de la zona de abrigo y será delimitada por una hilera de 26 cajones de 24 metros de altura, 46 metros de largo y 17 de ancho. “Cada uno será como un edificio con ocho plantas de altura que además van a flotar hasta depositarse en su ubicación”, detalló Alzaga.

Y es que la construcción de cada uno de estos bloques se efectuará en tierra, en el cercano muelle AZ3, para después trasladarlo por el agua, gracias a unas celdas huecas en su interior, hasta su ubicación prevista para hundirlo a 21 metros de profundidad tras llenar con rellenos las celdas antes mencionadas.

Los trabajos adjudicados ayer son la primera fase del espigón central y acogerán implantaciones mixtas y nuevos tráficos portuarios. La segunda fase, hasta sumar 600.000 metros cuadrados en superficie en total, se acometerá tras finalizar la primera y será la que albergará la zona de contenedores.

Asier Atutxa razonó el nuevo espacio en base a que “tenemos una ocupación de suelo portuario cercana al 80% y si no generamos nuevo suelo, en 2020 podemos llegar al techo de nuestra capacidad”. La inversión será asumida en un 80% por los ingresos generados por el puerto y el resto procederá de la Unión Europea.

Deia

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