Decenas de grúas llevan varios bloques de metal a un astillero vacío y de miles de piezas de metal acoplados y soldados entre sí surge una bodega del futuro crucero. Añaden los detalles que se convertirán en las cubiertas del crucero como si fueran bloques de Lego.
Colocan las cubiertas superiores y ya se vislumbra el casco del buque. ¡Casi listo! Solo falta el revestimiento y la pintura, numerosos mecanismos ágiles cumplen la tarea con facilidad.
En poco tiempo el majestuoso crucero zarpará para surcar las aguas transportando a miles de turistas de todo el mundo. El astillero se rellena de agua y nuestro crucero sale al mar abierto.
La nave tiene capacidad para 3.300 pasajeros y 900 miembros de la tripulación. El coste de construcción es de 645 millones de dólares.