El aeropuerto internacional Juan Santamaría, el más importante de Costa Rica, presta hoy con normalidad sus servicios y todas las aerolíneas reanudaron sus operaciones tras la caída de ceniza del volcán Turrialba ocurrida a partir del lunes pasado.
Una portavoz de la empresa Aeris, administradora de la terminal, dijo a Efe que el aeropuerto está trabajando con total normalidad este miércoles y que corresponde a las aerolíneas decidir sobre sus vuelos.
En la página de internet del aeropuerto se aprecia que para este miércoles todas las aerolíneas tienen sus vuelos confirmados, con excepción de tres vuelos de American Airlines con destino a las ciudades estadounidenses Houston, Miami y Dallas, los cuales aparecen cancelados, aunque sin explicar el motivo.
Como medida de precaución, la mayoría de las aerolíneas estadounidenses suspendieron los vuelos el martes a pesar de la apertura parcial de la terminal tras 22 horas de cierre entre el lunes y el medio día del martes.
El cierre del aeropuerto causó la suspensión de 120 vuelos de llegada y salida y afectó a unos 12.000 pasajeros, según los datos de Aeris.
Según explicaron las autoridades especializadas, la ceniza contiene componentes químicos volátiles y sus partículas pueden causar daños si entran al sistema de los aviones.
Además, la densidad del material puede provocar la falta de circulación de oxigeno en las turbinas.
El pasado lunes el volcán Turrialba, situado a unos 70 kilómetros al este de la capital San José, realizó cinco erupciones fuertes, dos de ellas con plumas de ceniza que se elevaron hasta los 4.000 metros sobre el cráter.
Esto provocó la caída de grandes cantidades del material volcánico en las ciudades de San José, Heredia y Alajuela y obligó al cierre del aeropuerto internacional Juan Santamaría.
El martes y hoy el volcán ha mantenido una actividad de expulsión intermitente de ceniza y erupciones con columnas de ceniza de un máximo de 700 metros sobre el cráter, mucho menores a las del lunes, y que no están causando afectaciones.
El volcán, de 3.340 metros de altitud, entró en una fase activa de mayor constancia desde octubre del 2014 y a partir de ese momento ha presentado numerosas erupciones de cenizas, gases y material incandescente.
EFE
