La costa pacífica de Perú tiene ocho puertos, desde La Libertad -más al norte- a Arica, que linda con Chile. Pero una de sus grandes terminales, la de San Martín de Pisco, no tiene equipamiento ni actividad y solo un muelle “marginal” de 700 metros de largo. La localidad, conocida también como Pisco playa, está a 250 kilómetros de Lima. Su terminal portuaria, ahora solo de atraque directo, está entre la capital del Estado y Arica, ya a 1.269 kilómetros del centro del país. Una empresa de Marín, Servinoga SL, ha resultado adjudicataria de las obras para el diseño, construcción y gestión de la nueva terminal San Martín de Pisco, que aspira a convertirse en referencia en tráfico de mercancías en el país andino.
Servinoga forma parte de un consorcio con otras tres empresas: Pattac Empreendimientos e Participaçoes, Tucumán Engenharía y Fortesolo Servicios integrados. Esta asociación de empresas, denominada Consorcio Paracas, se hizo con el contrato tras ofrecer mejoras adicionales por 80 millones de dólares (casi 58 millones de euros). El precio de licitación era de 102 millones de dólares (73 millones de euros), con lo que el contrato en su conjunto asciende a 130 millones de euros. El ministro de Transportes y Comunicaciones, Carlos Paredes, declaró a los periodistas locales que “estamos muy satisfechos con el resultado obtenido. Esto significa el ingreso de operadores adicionales al mercado peruano, en este caso el consorcio ganador está constituido por empresas brasileñas y españolas”.
Las fases
El Ejecutivo peruano, capitaneado por Ollanta Humala, ha determinado que todo el proyecto se realice en cuatro fases distintas. La primera de ellas incluyen obras iniciales obligatorias que deberán ser ejecutadas en tres años, y comprenden asimismo la modernización del amarradero multipropósito, un patio de almacenamiento, la construcción del antepuerto, el dragado a menos 12 metros de profundidad del canal de acceso y la construcción de áreas de maniobras y amarraderos. Este primer tramo que deberán asumir Servinoga y sus socias precisará de la inyección de 35 millones de euros, según los datos aportados por Proinversión, una sociedad dedicada a potenciar la inversión en el país andino.
La segunda etapa, ya con el muelle multipropósito operativo, servirá para probar las potencialidades del nuevo puerto de Pisco, y esperan ya alcanzar un nivel de descargas de contenedores de unos 30.000 al año. La tercera etapa ya será más compleja, ya que el consorcio adjudicatario de las obras deberá ampliar más el patio de carga, llevar a cabo la construcción de silos e incorporar “sistemas automatizados para graneles limpios”. Por último, y con un presupuesto estimado en 28,2 millones de euros, Servinoga y el resto de empresas deberán construir un nuevo muelle para contenedores, un patio para el almacenamiento de los mismos y la equipación completa de la nueva terminal. Para entonces cuenta con poder asumir la gestión e 100.000 contenedores al año, como consta en las bases.
“Con este proyecto, el puerto general San Martín de Pisco se modernizará para atender la carga local e internacional, recibir naves de gran calado y soportar el crecimiento sostenido de la demanda de servicios portuarios de su zona de influencia”, afirmó Proinversión ayer, al resolver el concurso público.
Servinoga SL es una compañía presidida por Víctor Nogueira y tiene su sede en la Avenida de Ourense de Marín. Según los últimos datos disponibles, tiene una veintena de empleados, genera una facturación de más de 2,5 millones de euros y, como consta en el Informe Ardán, su resultado neto superó en 2011 los 10,5 millones de euros. La misma fuente destaca su alta actividad exportadora.
Faro de Vigo