Parece ciencia ficción pero está pasando. Los operadores de aeropuertos ‘fantasma’ españoles buscan reciclarlos como puertos espaciales, esto es, puntos de lanzamiento de turistas al espacio. Las negociaciones, discretas, se centran en el aeropuerto de Lleida-Alguaire y el aeropuerto de Teruel.
Ambos seguirían la senda marcada por Gran Canaria, donde la empresa suiza Spaceport S3 ya ha confirmado que lanzará pequeños satélites el próximo año. Fuentes cercanas a las negociaciones revelan que en ellas participan “agencias extranjeras que diseñan programas espaciales a medio plazo”. Las dos principales implicadas serían Virgin Galactic –que promueve el multimillonario británico Richard Branson—y XCor Aerospace.
¿Por qué España? “Por varios factores: uno, hay aeropuertos con poco tráfico aéreo, lo que permite lanzar con seguridad. Dos, hay infraestructura turística, no es el desierto de Mojave desde donde quieren lanzar XCor y Virgin; tres, la trayectoria de lanzamiento es la adecuada; y cuatro, la climatología es estable”, añaden las mismas fuentes.
Medio plazo
Lo que subyace es la transformación de las órbitas bajas de la tierra en una zona comercial. Para ello, se permitirá el acceso de cápsulas espaciales tripuladas a la vez que se desarrollan proyectos públicos de investigación. De hecho, el primer satélite de Virgin Galactic, el LauncherOne, tiene previsto despegar a finales de 2016.
¿Es todo un juego de niños ricos? “En absoluto. Es un mercado naciente en el ya hay operadores potentes como los citados (Virgin, XCor y Spaceport), con infinitas posibilidades no sólo en el ocio sino también en la investigación”, confirman las mismas voces.
Cobertura legal
En efecto, la normativa española ya prevé que se desarrollen puertos espaciales. Lo hace, por ejemplo, la Ley Catalana de Aeropuertos, creada ad hoc para dar cobertura a Lleida-Alguaire. En el texto, el gobierno catalán ya prevé la instalación de puertos espaciales (foto inferior).
Asimismo, la futura Ley Espacial de España, aún un borrador, también dará cobertura legal al desarrollo del turismo suborbital, del que la Península espera beneficiarse.
