Dos alianzas empresariales se disputan el que será el gran contrato de las próximas tres décadas en el Puerto de Sevilla. Por un lado, la firma valenciana Boluda y la alemana OPDR acaban de constituir la sociedad Terminales Marítimas del Guadalquivir para competir de forma conjunta por esta concesión (Boluda controlará una participación mayoritaria del 75%). Frente a ellos habrá una «joint venture» constituida por el grupo menorquín Mertramar y el madrileño Contenemar. Ambos consorcios han presentado ya sus ofertas, que deberán ser analizadas por el Puerto en los próximos días. Según el calendario previsto, el 22 de abril habrá una propuesta de adjudicación y, a finales de este mismo mes se designará al ganador en el seno del consejo de administración.
La Autoridad Portuaria de Sevilla aprobó el pasado mes el pliego con las bases de este concurso público encaminado a seleccionar un operador logístico que se encargue del movimiento de todas las mercancías que viajan en contenedores en Sevilla. Hasta ahora esta labor la ha desarrollado la UTE Batán, compuesta por tres socios: Terminales Marítimas de Sevilla (vinculada a Mertramar), Termisur Eurocargo (perteneciente al grupo Contenemar) y Miller (filial de Boluda). Estas tres empresas se han ocupado en las últimas tres décadas de gestionar un área de 47.000 metros cuadrados (situada en el Muelle del Centenario) en el que se manipulaban y depositaban todos los contenedores.
Mejores condiciones
Ahora el contrato es más goloso que el anterior, ya que la nueva concesión busca una compañía capaz de controlar, en un solo paquete, todas las instalaciones vinculadas al movimiento de mercancía «contenerizada» (como la terminal ferroviaria, los puntos de atraque y la rampa). En concreto, esta adjudicación comprende una superficie total de 180.420 metros cuadrados —casi cuatro veces superior a la anterior— e incluye también la terminal ferroviaria del Muelle del Centenario (recientemente ampliada con una vía más), junto con los 350 metros de línea de atraque en dicho muelle y la rampa ro-ro. «La futura empresa adjudicataria podrá optimizar así la gestión de toda la terminal y aprovechar las sinergias entre las distintas infraestructuras y medios de transporte que la componen, lo que repercutirá de forma positiva en el crecimiento de los tráficos», indican desde el Puerto de Sevilla.
Con estos ingredientes, habrá ahora una disputa empresarial que parte de un divorcio en la UTE Batán, que desde los años ochenta ha prestado este servicio. Dos de los miembros del consorcio Batán (Contenemar y Metramar) tratarán revalidar el contrato. Sin embargo, el tercer socio tradicional de esta UTE, la naviera Boluda, ha decidido aliarse ahora con OPDR, un grupo de origen alemán (adquirido por la francesa CMA-CGM) que lidera actualmente el tráfico de contenedores en el eje Canarias-Sevilla-Madrid. De hecho, OPDR tiene la sede de su filial en España en Sevilla, en el edificio Galia Puerto, donde está centralizando muchas de sus operaciones.
La Dársena del Batán es una de las zonas con mayor actividad del Puerto de Sevilla, ya que concentra en el Muelle Norte el tráfico de mercancías como cereales, abonos, fertilizantes y chatarra, entre otras mercancías. A su vez, en el Muelle del Centenario está la totalidad del tráfico de contenedores. «En 2015 Sevilla afianzó su posición de liderazgo con las Islas Canarias y se mantuvieron estables las cifras alcanzadas en el anterior ejercicio, con 1.250.313 toneladas movidas en contenedor», indica la Autoridad Portuaria. Además, el tráfico rodado creció un 18%, superando las 18.500 unidades de transporte.
El grupo que logre el contrato obtendrá su beneficio de las tarifas que cobrará a las navieras y empresas logísticas que operan en Sevilla. A su vez, también tendrá que abonar a la Autoridad Portuaria una cuota cercana a 1,5 millones de euros por la ocupación del terreno y las infraestructuras, así como un porcentaje de las tarifas en función de las toneladas gestionadas cada año (y que supondrán unos 200.000 euros más).
ABC de Sevilla