Más propias de videoclips musicales y del cine y pasión de los turistas europeos en la Costa Brava, las fiestas en alta mar hace tiempo que comenzaron a extenderse a lo largo de la costa catalana. Y, evidentemente, tienen una notable presencia en Barcelona, al ser uno de los principales polos de atracción turística del Mediterráneo. Este tipo de eventos, no obstante, empiezan a recalar en otros enclaves menos turísticos que también quieren aprovechar ese tirón, como la costa al norte del Besòs.
Desde hace dos meses, el puerto de Badalona hace las veces de hogar ocasional de uno de estos impresionantes ‘party boats’ habilitados para organizar fiestas nada menospreciables a unos pocos kilómetros de la costa. Se trata del Némesis, una embarcación de unos 40 metros de eslora con capacidad para más de 300 personas y preparado para celebrar fiestas y acontecimientos lúdicos.
Aunque tiene su base principal en el Port Vell, comenzó a usar Badalona como lugar menos transitado en el que amarrar y recoger a los grupos que contratan sus servicios, una actividad que beneficia a Marina Badalona, la empresa pública que gestiona el equipamiento portuario.
El catamarán dispone de barras de bar, un potente equipo de sonido y una zona ‘chill out’ en su cubierta, con asientos y sofás de color blanco rodeados de cortinas sedosas. Cualquier grupo de amigos, empresa o acto puede contratar los servicios de la embarcación para salir a dar una vuelta de varias horas mar adentro y alocarse antes de volver a puerto, donde, eso sí, el catamarán no tiene permiso para sus fiestas.
Línea regular entre Barcelona y Badalona, en preparación
Más allá de los ‘party boats’, Marina Badalona cuenta con un operador que, una vez a la semana, recorre el trayecto entre el puerto local y el Port Vell de Barcelona para acercar hasta la capital a los visitantes que realizan una ruta turística cerrada por Badalona los sábados.
Fuentes portuarias explican que están intentando regularizar este trayecto y establecer una línea regular entre Barcelona y Badalona para que los turistas barceloneses se animen a venir hasta Badalona en barco.
La Vanguardia