Cuando se reabrió el aeropuerto de la escasamente poblada isla de Dachangshan en el noreste de China, tras una remodelación que costó 6 millones de dólares en 2008, la planificación apuntaba a 42.000 pasajeros en 2010 y 78.000 en 2015.
No obstante, menos de 4.000 pasajeros, o sólo 10 al día, cruzaron sus puertas en 2013, según cifras de la agencia de aviación civil de China.
Desde febrero del año pasado, China ha aprobado al menos 1,8 billón de yuanes (290.000 millones de dólares) para nuevos proyectos de infraestructura con el propósito de enfrentar la desaceleración económica. Pero están empezando a surgir los costos de los poco usados aeropuertos, autopistas y estadios construidos en la última inyección de gasto.
Si bien las empresas de construcción se han beneficiado del auge, los gobiernos provinciales se han quedado con 3 billones de dólares en deudas y con economías débiles y desequilibradas por su sesgo hacia el sector de la construcción.
La economía de la provincia de Liaoning, que incluye a la isla de Dachangshan, fue una de las de menor crecimiento en China en 2014. El Producto Interno Bruto aumento en un 5,8 por ciento, muy por debajo del objetivo del 9 por ciento.
“Hay que tener una discusión seria sobre la racionalidad económica de los proyectos de ingeniería a gran escala ¿Realmente necesitamos tantas vías de alta velocidad y aeropuertos?”, dijo Lu Dadao de la Academia China de Ciencias.
Un funcionario gubernamental y un economista calcularon en noviembre que China ha desperdiciado 4,2 billones de yuanes en “inversiones ineficaces” durante cinco años desde 2009, un problema que se ha agravado en los últimos dos años.
UN AEROPUERTO SIN VUELOS
A pesar de su moderno aeropuerto, encontrar un vuelo a la isla de Dachangshan no es fácil. El personal en el Aeropuerto Internacional Zhoushuizi en la ciudad portuaria de Dalian, el único destino registrado como ruta, dice que no ha habido vuelos al aeropuerto Changhai en Dachangshan en los últimos seis meses.
En una mañana de miércoles, el mostrador del aeropuerto estaba desierto, excepto por funcionarios del aeropuerto. Aún así, los pisos de gris marmoleo estaban brillantes y los baños inmaculados.
“Llame en dos o tres días para ver si hay un vuelo”, dijo una funcionaria a Reuters. “El avión está en mantenimiento”, explicó. Uno de sus colegas estaba sentado junto a la máquina para examinar el equipaje con la cabeza en las rodillas, aparentemente quedándose dormido.
Hay pocas señales de que el pequeño aeropuerto haya tenido mucho impacto en la vida de los 30.000 habitantes de la isla. En lugar de restaurantes y tiendas, alrededor del aeropuerto hay casas de pescadores. Los habitantes dicen que los ferries son el modo preferido de transporte.
Sin inmutarse, el Gobierno de Dalian planea gastar 1.480 millones de yuanes (238,9 millones de dólares) este año para expandir el aeropuerto para que pueda recibir a 250.000 personas en 2020, como parte del último esfuerzo para impulsar la economía y convertir el área pesquera en un destino turístico, según reportes de medios locales.
Wu Hong, un funcionario del departamento de publicidad del condado Dalian Changhai, dijo que la expansión del aeropuerto tiene por objetivo mantener la infraestructura en línea con el desarrollo de la isla, que, agregó, recibió 1,1 millón de turistas el año pasado.
“En términos de Producto Interno Bruto, nada de esto es malo. Genera crecimiento de un modo u otro”, dijo Susannah Kroeber analista de J Capital Research, que ha seguido la construcción de infraestructura en China desde 2012.
“¿Es un uso útil y eficiente de los recursos? Absolutamente no”, agregó.
MÁS GRANDE, MÁS ALTO Y MÁS LARGO
Muchos de los Gobiernos locales crean corporaciones para obtener préstamos para enorme infraestructura y proyectos inmobiliarios, eludiendo las reglas que impiden los préstamos directos, pero al mismo tiempo acumulan un endeudamiento que hoy se considera un riesgo para la economía.
Los resultados incluyen el puente más largo del mundo sobre el mar cerca de la ciudad de Qingdao y la vía férrea más alta, que conecta la provincia de Qinghai al Tibet.
Se construyen nuevos distritos para albergar a miles y algunos, como Ordos en Mongolia Interior y Yujiapu en Tianjín, se han convertido en ciudades fantasmas por la desaceleración del mercado residencial en China.
Si bien hay poca información oficial sobre la cantidad de usuarios, las autopistas en China tuvieron un déficit por peajes de 10.000 millones de dólares en 2013. China Railway, que se encarga de la expansión de la mayor red ferroviaria del mundo, tiene una deuda de 3,4 billones de yuanes, dijo en septiembre.
Aún así, hay preocupación por las dificultades que encuentran las autoridades para acabar con la adicción a la sobreconstrucción, particularmente ante las señales de una aceleración de la construcción el oeste de China, donde se encuentran el 40 por ciento de los proyectos aprobados de aeropuertos, trenes y autopistas.
La producción de cemento está creciendo a su tasa más altas en lugares como Guizhou y Yunnan, dos de las provincias más pobres de China en el sudoeste del país, según cifras gubernamentales.
El norte de China, donde los gobiernos locales están ahora enfrentando la sobrecapacidad de acero y cementos tras un auge de la construcción, “ofrece una mirada a lo que pasa cuando construyes casi todo lo que se puede construir”, dijo Kroeber de J Capital Research.